Dios te ha dado unos dones para que estos den frutos. Dejemos de actuar como pobres y de sentirnos que no somos capaces. Porque Dios capacita a los llamados. Llamados a ayudar la gente que verdaderamente es pobre y necesita.
Si todos nos sentamos a decir que “soy pobre” ¿quién va a ayudar al desafortunado? Últimamente esto es una buena excusa para enterrar tus riquezas y quejarte. También cometemos pecado de OMISIÓN. Que es igual de terrible. Deja que Dios te moldee y que te convierta en la mejor versión de ti. Es ahí en humildad que somos capaces de hacer la voluntad de Dios y no la nuestra.